Los métodos de enseñanza siempre están cambiando a medida que las nuevas técnicas tienen su efectividad confirmada. En este escenario, la metodología activa ha ganado cada vez más protagonismo. En la educación a distancia, principalmente, la metodología activa tiene mucho espacio, ya que este tipo de enseñanza por sí sola ya requiere técnicas diferenciadas. Esto ayuda a difundir el concepto en todas las esferas de la educación.
Pero, ¿sabes en qué consiste este método y cómo se aplica? Este artículo proporciona esta y otra información relevante sobre el tema. ¡Así que sigue leyendo y compruébalo!
¿Qué es la metodología activa?
La metodología activa es un proceso de enseñanza-aprendizaje en el que el alumno se coloca como protagonista y el profesor asume un papel de apoyo. Así, se estimula la autonomía del alumno para que sea capaz de construir su propio conocimiento.
El profesor sigue siendo el responsable de dirigir al alumno, pero siempre permitiéndole hacer descubrimientos que colaboren con su formación. Así, los momentos de estudio se extienden mucho más allá de los horarios de las clases, de una manera integradora y estimulante para el alumno.
¿Cuáles son las principales diferencias en relación con el método de enseñanza tradicional?
En el método tradicional, la construcción del conocimiento gira en torno al profesor, que lo transmite en un aula a los alumnos que se ocupan de las notas o incluso de alguna distracción. Después de una cierta cantidad de clases de exhibición, se aplica una evaluación para determinar lo que los estudiantes supuestamente aprendieron.
La pasividad de los estudiantes, en este caso, es prácticamente inevitable. La metodología activa, por otro lado, no permite que esto suceda. Se alienta a los estudiantes en todo momento a hacer encuestas, lecturas y actividades desafiantes. En consecuencia, los encuentros con el docente se convierten en momentos de un debate enriquecedor para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Cómo se puede aplicar esta metodología?
Como se mencionó, la metodología activa se centra en el protagonismo de los estudiantes en la construcción del conocimiento. Los siguientes son algunos ejemplos de cómo funciona esto en la práctica.
Aula invertida
En esta metodología, también llamada aula invertida, el alumno contacta con el contenido curricular antes de la clase en la que se abordará el tema. Por lo tanto, debe estudiarlo por su cuenta, planteando preguntas que se pueden tomar para una mayor discusión con el maestro y sus colegas.
Es importante dejar claro que esto no significa que el estudiante solo tendrá una pila de material para leer en su tiempo libre. En el aula invertida se pueden utilizar materiales diferenciados como vídeos, imágenes y otros recursos que llamen la atención del alumno.
Problemas
Una vez más, las asignaturas se estudian en casa, mientras que las clases se reservan para otra actividad: la resolución de problemas. Con este fin, los estudiantes se encuentran en una situación desafiante que requiere la participación de todos para ser resueltos.
En este contexto, el estudiante utiliza la tecnología y los libros, entre otros recursos, para investigar y estudiar el problema. El profesor, a su vez, tiene la tarea de supervisar las actividades y colaborar con las reflexiones relacionadas con ellas, pero sin asumir nunca el papel protagonista de los alumnos.
Proyectos
Mientras que la resolución de problemas se limita al campo teórico, el aprendizaje a través de proyectos pide que las teorías se apliquen en la práctica. El maestro debe tener cuidado de permitir que los estudiantes encuentren las soluciones por sí mismos, mientras está disponible para indicar puntos de error y corregir respuestas, así como proporcionar comentarios constructivos.
Casos de estudio
Los estudios de caso también comienzan desde la resolución de problemas, pero esta vez se basa en situaciones del mundo real. A continuación, el profesor presenta estas situaciones para que los alumnos puedan hacer un análisis basado en los conocimientos adquiridos. Esto es muy importante para estimular la resolución de problemas en la vida real.
¿Cuáles son los beneficios de adoptar la metodología activa?
La efectividad de esta metodología se puede demostrar observando varios beneficios, como se puede observar.
Mayor flexibilidad de actividades
La inserción de la metodología activa abre el abanico de posibilidades tanto para el profesor como para el alumno. Las clases de exhibición tradicionales pierden espacio para diversas actividades que pueden desarrollar nuevas habilidades en los estudiantes.
Mayor interacción con los estudiantes
Las actividades propuestas en esta metodología requieren una mayor participación del alumnado durante la clase y fuera de ellaella. Para realizar un seguimiento de los contenidos, necesita interactuar con su propio material didáctico, aprovechando todos los recursos disponibles.
Mejor retención de contenido
En las clases de exhibición, es común que el alumno se distraiga y no siga todo el contenido como debería. En la metodología activa, sin embargo, no puede dejar de estudiar por su cuenta, prestando la debida atención a los temas. Además, al aplicar el conocimiento en las actividades, es posible retener mejor todo lo que se ha estudiado.
Desarrollo de la autonomía
Las actividades que llevan al alumno a poner en práctica los conocimientos también ayudan a desarrollar su autonomía. Se lleva a afrontar situaciones muy cercanas a la realidad, lo que actúa como un entrenamiento para cuando es necesario afrontar retos concretos.
Nueva visión del aprendizaje
Otro beneficio interesante de la metodología activa es el cambio que opera en la forma en que el estudiante ve el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las clases se vuelven más instigadoras y el aprendizaje gana un aire más pacífico, sin miedo por parte de los estudiantes que enfrentan dificultades para asimilar los contenidos con las clases de exhibición.
Además de las ventajas académicas que los estudiantes obtienen de esta metodología, también se beneficia su desarrollo social. A través de actividades que parten de situaciones reales o virtuales, los estudiantes mejoran su pensamiento crítico y confianza en sí mismos. Esta problematización les ayuda a prepararse para superar retos reales, siempre basados en la investigación, el estudio y la reflexión.
Por lo tanto, es evidente que la metodología activa aporta grandes beneficios a la educación del estudiante, tanto en el ámbito personal como académico. Caminando uno al lado del otro, alumnos y profesores tienen la posibilidad de transponer límites que hasta entonces venían impuestos por la metodología tradicional y así lograr un crecimiento aún mayor.
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