Desde los primeros años de la escuela primaria hasta nuestra vida adulta, trabajar en la capacidad de memorizar es extremadamente importante para que podamos absorber nueva información con calidad, procesarla y sacar conclusiones que nos ayuden a resolver diferentes tipos de problemas en nuestra vida cotidiana.
Teniendo en cuenta este escenario, no es de ninguna manera que tantas personas busquen constantemente nuevos métodos que sean realmente efectivos para optimizar su aprendizaje y aumentar la productividad.
Si te interesa este tema, sigue leyendo este post, ya que te presentaremos 12 técnicas de memorización que darán un extra de fuerza a tus estudios. ¡Comprobar!
1. Evita «recordar»
Muchas personas todavía creen que memorizar es lo mismo que recordar. Por lo tanto, ¡es muy importante comenzar el post desmitificando este pensamiento!
El famoso «recordar» no es más que una reproducción automática e inconsciente de un concepto centrado en un objetivo específico, por ejemplo, aprender ciertas fórmulas matemáticas solo para superar el examen de ingreso. Incluso podrás resolver las cuestiones propuestas en el momento de la prueba, pero pronto olvidarás la mayoría de los contenidos estudiados.
La memorización, por otro lado, es la capacidad de absorber información en profundidad basada en altos niveles de atención y concentración en el momento del estudio. Por lo tanto, para memorizar el contenido correctamente, es necesario dedicar su tiempo y fuerza de voluntad para entenderlo realmente.
2. Entrena tu cerebro para mantenerte enfocado
Durante sus estudios, uno de los puntos más importantes y desafiantes es mantenerse enfocado. Y para lograr este objetivo, es esencial entrenar el cerebro para que pueda mantenerse enfocado en sus actividades del momento presente, sin distraerse con pensamientos vinculados a eventos pasados o posibilidades futuras.
Para ayudarte en este sentido, te propondremos un ejercicio basado en una práctica de yoga: antes de comenzar los estudios, tómate al menos 5 minutos e intenta centrarte en tu ritmo respiratorio. Cuenta «uno» para la inspiración, «dos» para la expiración, y deja que tus pensamientos fluyan sin aferrarte a ninguno de ellos.
Con el tiempo, la práctica será más fácil y podrás educar a la mente para que se concentre en una cosa a la vez. Así, también se potenciará su aprendizaje, eliminando incluso la necesidad de leer el mismo texto varias veces para absorberlo.
3. Establece un ritmo de estudio
El proceso de memorización es algo que requiere compromiso y asiduidad. No sirve de nada intentarlo solo una vez a la semana o cuando «hay tiempo». Es como la rutina de un atleta que quiere ganar el lugar más alto en el podio y convertirse en el número uno en su deporte: ¡requiere entrenamiento constante y mucha disciplina!
Del mismo modo, para tener una buena oportunidad en los estudios, es esencial elaborar un horario bien estructurado, reservar ciertos tiempos para cada contenido y centrarse en ellos durante el período que haya establecido. A medida que estas acciones se conviertan en un hábito, su concentración también se expandirá.
También trata de reservar unos minutos de descanso para que no sobrecargues tu cerebro y absorbas mejor los conocimientos adquiridos. Además, cuando estudiamos, tendemos a sentarnos y a apuntar el cuello y los hombros, y un buen consejo para evitar estas molestias es hacer un estiramiento para que la energía acumulada en ciertas partes circule libremente.
4. Organiza tu espacio físico
Otra forma de ayudar al proceso de memorización es organizar su lugar de estudio. Debe ser una extensión de tu mente, un espacio de calma. Por lo tanto, trate de tener un lugar reservado especialmente para esta actividad y siempre manténgalo limpio y luminoso.
También haga un esfuerzo por alejarse de su teléfono, redes sociales y cualquier aplicación que pueda desviar su atención de su objetivo principal. Las notificaciones de mensajes que recibimos, por ejemplo, son suficientes para romper nuestro ritmo. Si esto sucede, te encontrarás leyendo y releyendo el mismo extracto sin poder reproducirlo poco después.
5. Elaborar resúmenes y esquemas
Para aprender realmente algo, tienes que ir más allá de la lectura. Toma un papel activo en el contenido: resumir, mapas mentales, notas, lluvias de ideas —la famosa lluvia de ideas— y otros esquemas que te ayuden a sistematizar los principales conceptos expuestos y faciliten la revisión de los materiales ya estudiados.
Otro método muy efectivo es enseñar a aprender. Reúna sus notas y considere enseñar una lección sobre el tema, incluso para un estudiante imaginario. Al verbalizar el conocimiento adquirido, también podrás fijarlo mejor a tu mente. Además, con el uso de esta táctica, será más fácil darse cuenta de los puntos en los que todavía tiene dudas y necesita ser revisado.
6. Asocia el nuevo aprendizaje con lo que ya sabes
¿Alguna vez has escuchado que la única forma de aprender nuevo contenido en la edad adulta es asociándolo con lo que ya sabemos? La lógica detrás de esta afirmación es la siguiente: asociar una nueva idea con algo que ya existe en nuestra rutina (puede ser una película, un libro o una imagen, por ejemplo) es una forma de insertarla en nuestro dominio cognitivo.
Dado que el aprendizaje es un proceso continuo y conectado y, por lo tanto, una tendencia natural, ya que esta fijación de contenido ocurre casi sin que nos demos cuenta, debemos usar este recurso a nuestro favor y emplearlo conscientemente.
Al aprender un nuevo idioma, por ejemplo, tenemos una mayor facilidad de memorización al asociar palabras extranjeras con las utilizadas en nuestro idioma nativo.
7. Reflexiona sobre lo que has aprendido
Este consejo es una continuación del anterior, al fin y al cabo, el aprendizaje requiere de mucha reflexión por parte del alumno y de una serie de esfuerzos complementarios para conseguir que los contenidos se memoricen adecuadamente. Un error común, por ejemplo, es encontrar que en una sola lectura es posible almacenar todos los conceptos expuestos en un texto.
Siempre es interesante que realices más de una lectura, en diferentes momentos, y te tomes el tiempo para pensar en la información pasada en el texto. Para ayudarte a hacer este ejercicio, te sugerimos algunas preguntas:
- ¿Quién escribió el texto?
- ¿En qué momento o contexto?
- ¿Para qué público es?
- ¿Cuál es el propósito del contenido?
Así, podrás reflexionar más conscientemente sobre tu aprendizaje y adoptar una postura crítica, evitando la pasividad, fijando mejor las asignaturas y, en consecuencia, aumentando tu rendimiento en los estudios.
8. Ejercita tus conocimientos
Poner en práctica lo que has aprendido es una excelente manera de memorizar contenido nuevo. En este sentido, resolver listas de ejercicios, responder preguntas de años anteriores de procesos de selección y participar en simulaciones son actitudes que pueden ayudarte, y en gran medida, mejorar tu aprendizaje.
Otro buen consejo es recurrir a actividades que ejerciten la memoria y el razonamiento de una manera más ligera y divertida, como crucigramas, problemas de lógica o juegos de preguntas y respuestas.
9. Haz asociaciones visuales o divertidas
Tanto las imágenes como el buen humor pueden convertirse en excelentes herramientas para memorizar los más diversos tipos de contenido. Pero para tener éxito con esta técnica, ¡debes dejar de lado la vergüenza y dar rienda suelta a la creatividad!
Vale la pena relacionar el contenido aprendido con situaciones divertidas del día a día, utilizando juegos de palabras y juegos de palabras, asociando datos abstractos -como nombres o fórmulas- con iconos, escenas o dibujos, entre otras estrategias. De todos modos, lo importante es dejar que la imaginación funcione como aliada de la memoria.
10. Respeta las señales de tu cuerpo
Además de las pausas entre periodos de estudio, de las que hablábamos en el tema anterior, respetar el momento de descanso y tener una buena noche de sueño también es fundamental para la memorización de contenidos.
Entonces, cuando sientes que tus ingresos ya están reducidos, sin empujones, ¿de acuerdo? Recuerde que el cansancio excesivo perjudica no solo el aprendizaje, sino también su salud.
Sin embargo, si trabajas durante el día y solo tienes disponible el tiempo nocturno, encuentra maneras de tomar un descanso antes de comenzar a estudiar. Cuando llegues a casa, date un baño, descansa, come bien y haz algo de ejercicio para que tu cuerpo entienda que has llegado al final de un ciclo y te prepares para otro.
11. Invierte en una buena alimentación
Ya que estamos hablando de salud, ¿sabías que mantener una dieta equilibrada también puede marcar la diferencia para mantener tu cerebro sano? ¡Eso es lo que estoy diciendo!
Por lo tanto, vigile el menú y elija alimentos ricos en omega 3 (como pescado y frutas secas), flavonoides (como los tés verdes y blancos) y fisetina (presente en tomates, fresas y también uvas rojas y moradas), asegurando así una mejor concentración y un buen desarrollo cognitivo.
12. Identifica las técnicas de memorización que funcionan para ti
Además de los métodos aquí mencionados, existen formas alternativas de absorber contenidos, así como otras técnicas de memorización que vale la pena conocer y aplicar. Investígalos y trata de identificar los que mejor se adapten a tu rutina y a tus objetivos.
También es importante recordar que el proceso de aprendizaje es diferente para cada persona, pero hay una regla que se aplica a todos: solo un cerebro sano y descansado es capaz de memorizar información o contenido. Entonces, ¿sigue tu rutina de estudio con fuerza, pero no dejes de lado tu salud física y mental, combinadas?
Si te ha gustado este post y las técnicas de memorización que hemos enumerado aquí, ¡aprovecha para compartir el contenido en redes sociales con tus amigos y familiares!