El agua es vida, energía, es esencial, un recurso de valor inestimable por sus propiedades únicas y otros muchos usos y virtudes que atestiguan su importancia para la humanidad, incluso en un simple gesto cotidiano como preparar los alimentos o darse una ducha. Y no sólo se trata de la humanidad: el agua también es importante para el medio ambiente y todos los demás seres vivos de la Tierra.
Sin agua no hay vida. ¿Y qué ha hecho el hombre en los últimos veinte años? Lo ha desperdiciado y contaminado. Hoy oímos hablar cada vez más del agua y del cambio climático, de las islas de plástico que flotan en los océanos y de la creciente escasez de agua. Comprender la importancia del agua para el ser humano, para el medio ambiente y para todos los demás seres vivos de la Tierra es, por tanto, esencial para empezar a respetar este precioso recurso, el Oro Azul que corre el riesgo de ser cada vez más escaso.
Veamos brevemente algunos conceptos importantes, antes de pasar a los mapas mentales del agua.
Características del agua
El agua es vital para los seres humanos y todos los demás seres vivos. La importancia del agua se debe a que el cuerpo humano está formado por un 75% de agua. Por lo tanto, necesita beber al menos 1,5 litros de agua al día para garantizar una ingesta adecuada de líquidos y mantener así el equilibrio hídrico entre la ingesta y la salida, evitando así la deshidratación, la cual puede incluso provocar la muerte.
No es casualidad que podamos pasar semanas sin comer pero muy pocos días sin beber agua. El agua es también un nutriente, una excelente fuente de minerales esenciales para garantizar el funcionamiento regular del organismo humano: desde el cerebro hasta los músculos, desde los pulmones hasta la piel, desde la cabeza hasta los pies, todas las células de nuestro cuerpo necesitan agua.
Esto también aplica para los animales: cada especie, con sus propias peculiaridades, necesita agua para vivir, desde los peces que nadan en los mares y ríos hasta los camellos del desierto y el más pequeño microorganismo que vive en la Tierra. Por último, el agua es esencial para el medio ambiente, o más bien para mantener la salud de todo el ecosistema de la Tierra, no sólo de los seres humanos y los animales, sino también de las plantas y el clima.
Los problemas del cambio climático están perturbando el ecosistema de la Tierra. Estamos pagando un alto precio por los daños causados por la contaminación y la falta de respeto que la humanidad ha mostrado en el último siglo por el medio ambiente en el que vivimos. Hoy en día, el mundo busca un plan de control y/o adaptación para restaurar la Tierra y mitigar en lo posible los daños causados al medio ambiente, el clima, la fauna y la flora, cada vez más conscientes de que nuestra supervivencia depende de la salud de todo el ecosistema en el que vivimos. Y el agua, una vez más, juega un papel esencial.
Al igual que los humanos, la superficie de la Tierra está cubierta principalmente por agua (71%). Así que no es de extrañar que el agua y el cambio climático estén estrechamente relacionados. Las elevadas emisiones de gases han provocado el efecto invernadero, alterando la temperatura y el pH del agua en los océanos, así como en lagos y ríos. Esto está perturbando no sólo la fauna y la flora marina y lacustre, sino también el clima y todo el ecosistema de la Tierra, con repercusiones ecológicas y climáticas, económicas y sanitarias cada vez más preocupantes.
El aumento de la temperatura de los océanos está favoreciendo la migración de especies marinas amantes de las aguas frías cada vez más al norte, los arrecifes de coral están muriendo en algunas zonas, la flora oceánica y lacustre está mutando o muriendo, y mucho más.
Las inundaciones y los tornados se trasladan a zonas que nunca antes habían sido afectadas por estos fenómenos, al igual que el aumento de las temperaturas favorece los periodos de sequía en zonas que alguna vez fueron templadas, como el Mediterráneo e Italia. Por lo tanto, es esencial entender que el agua está en la vanguardia del mecanismo que alimenta el cambio climático.
Un mecanismo que a lo largo de los años ha sido capaz de entrar en el ciclo del agua, alterarlo y transformarlo en un arma que alimenta los trastornos climáticos que observamos cada día en todo el ecosistema terrestre y que con el tiempo está llevando precisamente a la reducción de las reservas de agua.
Recordemos también que este último problema se ve alimentado por el despilfarro de agua por parte del hombre. Pero hay una salida posible: entre todos podríamos abordar el problema del agua en el mundo controlando y minimizando el consumo de recursos hídricos con vistas no sólo a la sostenibilidad sino también a la «supervivencia saludable».
Mapas mentales del agua en PowerPoint
