Los cambios repentinos en el medio ambiente, resultantes de acciones antrópicas (las llevadas a cabo por el hombre) o eventos naturales, son lo que llamamos impacto ambiental. La deforestación, la contaminación, la impermeabilización del suelo, los incendios y la contaminación del suelo son los ejemplos más frecuentes.
Estas acciones pueden afectar a las condiciones de vida de la población, a las actividades socioeconómicas, a los seres vivos y sus ecosistemas, a los recursos ambientales y a su disponibilidad.
Entre los diversos problemas citados, uno de los más preocupantes es sin duda el aumento de la contaminación en sus diferentes formas. Esto se debe a que el tema ha tomado tales proporciones en el planeta que ha terminado por ser categorizado. Veamos brevemente algunos conceptos importantes, antes de pasar a los mapas mentales de la contaminación.
Características de la contaminación
La contaminación consiste en la introducción de sustancias o energía en el medio ambiente, provocando cambios físicos y químicos con efectos negativos en su equilibrio. Se produce de forma natural o por la acción humana, afectando al ecosistema en su conjunto.
A continuación, se abordan los principales tipos de contaminación, destacando cómo se generan y cómo perjudican a la vida humana y a otros seres vivos.
Contaminación atmosférica: La contaminación atmosférica se ha convertido en una gran preocupación en el mundo. Se debe a la contaminación del aire por gases, líquidos y partículas sólidas en suspensión, material biológico y energía, considerados como contaminantes de la atmósfera.
Sobre todo en los grandes centros urbanos, la contaminación atmosférica altera la calidad de vida de la población, provocando la multiplicación y el agravamiento de las enfermedades respiratorias.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que alrededor de 7 millones de muertes prematuras en todo el mundo son causadas por la contaminación del aire dentro y fuera del hogar, siendo un importante factor de riesgo que afecta a la población.
También provoca el cambio climático, como la intensificación del efecto invernadero y el calentamiento global.
Contaminación del agua: Se trata de la contaminación o alteración química de las aguas de los ríos, lagos, océanos y del subsuelo. Las principales situaciones están relacionadas con el vertido de aguas residuales sin tratar en las zonas urbanas, el depósito irregular de residuos sólidos en los ríos, la escorrentía de compuestos químicos y de otro tipo por parte de la agricultura y las industrias.
Es importante destacar que la basura y la contaminación de las calles, las carreteras y el suelo en general es arrastrada por el agua de lluvia hacia los manantiales, con impactos en el ecosistema y en toda la cadena alimentaria de estos entornos.
La contaminación de los océanos es aún más preocupante, ya que puede provocar la extinción de muchas especies, causando desequilibrios ecológicos y daños en el hábitat, además de la degradación de las regiones costeras.
Contaminación del suelo: Se produce por la alteración del medio ambiente y la introducción de componentes químicos. La producción agrícola es la principal responsable de la contaminación del suelo y la más afectada por ella. En general, se debe al uso indiscriminado de agrotóxicos, fertilizantes, insumos agrícolas y metales pesados.
Además, en los vertederos, que a diferencia de los rellenos sanitarios no protegen el suelo de la descomposición de los residuos, se produce un líquido contaminante llamado lixiviado, que penetra en el suelo y puede causar problemas ambientales por la contaminación del mismo.
Contaminación térmica: Aunque es poco conocida, la contaminación térmica puede generar impactos significativos. Se produce con el aumento o la disminución de la temperatura del medio que sustenta algún ecosistema, como un río, afectando a la fauna y la flora allí presentes.
La contaminación térmica puede producirse en la atmósfera o en el agua. El vertido de residuos calientes de una central nuclear, por ejemplo, desequilibra totalmente el medio ambiente.
Contaminación acústica y visual: La contaminación acústica y visual se consideran problemas en el espacio urbano, donde hay aglomeración de personas. La contaminación acústica consiste en el ruido excesivo generado por el tráfico, la construcción civil y los equipos electrónicos, que causa molestias y daños a la salud de la población.
La contaminación visual, por su parte, es causada por la gran cantidad de publicidad y comunicación visual expresada en anuncios, carteles, vallas publicitarias, además de cables eléctricos, vandalismo, entre otros. Este exceso se considera perjudicial, tanto en relación con la condición estética de las ciudades, como en el desarrollo de malestar y estrés en la población.
Contaminación lumínica: Consiste en el exceso de luz artificial que emiten las grandes ciudades en diversas formas, como el alumbrado público, los anuncios luminosos, las señales y las luminarias de exterior, entre otras.
La contaminación lumínica puede afectar al funcionamiento saludable de los organismos vivos. La alteración de las condiciones naturales de luz y oscuridad influye en diversos factores del comportamiento de animales y plantas.
Además, este tipo de contaminación produce otros impactos ambientales, ya que requiere un mayor consumo de electricidad, que suele proceder de centrales termoeléctricas, resultado de la quema de combustibles fósiles que potencian el efecto invernadero.
Contaminación radiactiva: Debido a sus diversos efectos negativos, la contaminación nuclear se considera muy peligrosa. Proviene de la radiación, es decir, del efecto químico de los residuos de la energía nuclear o atómica. La contaminación radiactiva procede sobre todo de los residuos generados en las centrales nucleares, que en exceso pueden provocar mutaciones genéticas y provocar enfermedades como el cáncer.
La siguiente presentación en PowerPoint (descargable), ofrece una profundización sobre la contaminación ambiental:
Mapas mentales de la contaminación en PowerPoint