Se denomina ecosistema al conjunto de comunidades que viven en un lugar determinado y que interactúan entre sí y con el medio ambiente, constituyendo un sistema estable, equilibrado y autosuficiente. Antes de pasar a los mapas mentales del ecosistema, repasemos sus características.
Características del ecosistema
Un ecosistema está formado por dos componentes básicos: el biótico y el abiótico. La primera se refiere a los seres vivos de la comunidad, como las plantas y los animales. Estos seres desempeñan diferentes funciones en un ecosistema y ocupan distintos niveles tróficos, pudiendo ser productores, consumidores o descomponedores.
De alguna manera, todos los seres vivos de un ecosistema dependen unos de otros. Los productores, por ejemplo, garantizan la entrada de energía en el sistema. Los consumidores, a su vez, promueven el flujo de energía y materia. Por último, los descomponedores aseguran el ciclo de los nutrientes.
Además de los componentes bióticos, tenemos los componentes abióticos, que son las partes sin vida del medio ambiente, como el suelo, la atmósfera, la luz y el agua. Estos factores son esenciales para el mantenimiento de la vida, ya que aseguran la supervivencia de las especies e incluso actúan sobre el metabolismo de los seres vivos, como es el caso del agua.
Los ecosistemas pueden observarse a diferentes escalas. El mayor ecosistema existente es la propia biosfera, que corresponde a todos los lugares del planeta donde existe vida. Otro ejemplo es la selva tropical, que destaca por su gran biodiversidad.
Sin embargo, los ecosistemas pueden darse a pequeña escala, como en un pequeño acuario autosuficiente con plantas, peces y algas. También cabe señalar que una sola planta en un bosque puede considerarse un ecosistema, ya que abarca varios organismos que interactúan con los factores abióticos.
Es importante entender que todos los ecosistemas están interconectados y, por tanto, existe un intercambio de materia y energía entre ellos, independientemente de su tamaño. Por tanto, cada ecosistema, por pequeño que sea, es importante para garantizar el equilibrio del planeta.
