Las emociones son las respuestas de nuestro cuerpo o respuestas fisiológicas a cambios o estímulos presentes en nuestro entorno y en nosotros mismos. Antes de pasar a los mapas mentales de las emociones, repasemos sus características.
Características de las emociones
Por ejemplo, si nos distraemos al cruzar la calle y escuchamos una bocina ensordecedora (estímulo externo) cerca, sentiremos miedo. También es posible que estemos viendo una película tranquilamente en el sofá de casa, con recuerdos (estímulos internos) que nos entristecen. Las emociones se experimentan a través de cambios físicos, cognitivos y conductuales.
Las emociones nos ayudan a aprender cosas nuevas, comprender a los demás y motivarnos a actuar. Un buen ejemplo es el acto de alguien que grita ante el miedo, o el acto de tratar de estudiar un tema que ama. Son vitales para los humanos porque nos permiten adaptarnos y vivir plenamente.
Las emociones siempre aparecen detrás de los pensamientos (ya sea que aparezcan en la conciencia o no) y desencadenan comportamientos que conducen a consecuencias.
Con base en lo anterior, si nuestras respuestas no son adaptativas y nos impiden alcanzar nuestras metas (realistas), la causa próxima será la forma en que vemos el mundo, a nosotros mismos y a los demás. Si ajustamos esta cosmovisión general, obtenemos resultados diferentes y más adaptativos, es decir, nos sentimos mejor y más satisfechos.
Existen 6 emociones básicas, todas estas constituyen y forman parte del proceso de adaptación y están presentes en todas las personas, independientemente de la cultura en la que se desarrollaron. Se dividen en emociones agradables, neutras y desagradables.
Cuanto más comprendamos nuestras emociones, mejor será nuestra inteligencia emocional y más felices seremos. Identificarlos adecuadamente nos ayudará a entregar una educación emocional a nuestros hijos, lo que les ayudará a crecer en autoestima y confianza.