La pregunta «¿Qué es el arte?» no es fácil de responder, su significado se ha transformado con el paso de los siglos. El término «arte» está relacionado con la palabra latina «ars», que significa habilidad u oficio.
El primer uso conocido de la palabra procede de manuscritos del siglo XIII; sin embargo, la palabra y sus múltiples variantes existían probablemente desde la fundación de Roma (27 a.C.). Veamos brevemente algunos conceptos importantes, antes de pasar a los mapas mentales del arte.
Características del arte
La definición de arte se ha debatido durante siglos entre los filósofos. Es la cuestión más básica presente en el campo de la Estética (una rama de la filosofía que pretende estudiar la naturaleza, la belleza y los fundamentos del arte).
En general, la definición se centra en las categorías: representación, expresión y forma. Además de estos, se han añadido otros dos que corresponden a debates más contemporáneos.
Platón (428 a.C. – 347 a.C.) fue el primero en desarrollar la idea del arte como «mimesis», que en griego significa copia o imitación. De este filósofo procede, desde hace siglos, la definición del concepto artístico como la representación de algo tal y como nos lo muestra la naturaleza.
En la antigua Grecia, el teatro desempeñaba un importante papel como educador de la vida. Las obras reflexionaban sobre acontecimientos, personas y lugares. Por lo tanto, la verosimilitud era necesaria. Por eso entendemos el arte como representación.
Hasta finales del siglo XVIII, una obra de arte se evaluaba en función de la fidelidad con la que reproducía su tema.
Este tipo de definición (que sigue existiendo pero no de forma hegemónica) lleva a las personas a dar gran valor a obras muy realistas, como las de Miguel Ángel, Pedro Pablo Rubens, Velásquez, etc.
Una inmensa producción artística como la literatura, la música y la pintura (abstracta, surrealista, cubista, etc.) quedaría fuera de esta definición, al fin y al cabo, no son copias exactas de la realidad.
Con la aparición del Romanticismo (siglos XVIII-XIX), el arte se orienta cada vez más hacia las esferas de la emoción, el sentimiento y la subjetividad. El movimiento surgió como una forma de reacción al cientificismo y a la Ilustración imperantes en Europa en aquella época.
El centro de esta teoría se encuentra en el filósofo R.G. Collingwood. Para él, antes de que el artista produzca su obra desconoce la emoción estética que ésta producirá en el espectador y en él mismo. En la medida en que utiliza su imaginación para producir la obra, puede reconocer mejor la naturaleza de sus emociones, determinarlas y realizar la articulación con el objeto.
Las emociones que transmite la obra serán asimiladas e interpretadas por el público. Como consecuencia, tendremos la expansión de la conciencia emocional tanto del artista como del espectador, un enriquecimiento subjetivo.
En sus palabras: […] conocernos a nosotros mismos es el fundamento de toda la vida que se desarrolla más allá del nivel meramente físico de la experiencia. Una verdadera conciencia da al intelecto una base firme […] (Los principios del arte, p. 284).
Es importante señalar que un arte orientado al entretenimiento, es decir, que ya presenta de antemano un objetivo de despertar determinadas emociones en el espectador, no presenta para Collingwood este carácter superior de «arte verdadero».
Una película de terror atractiva es diferente del Guernica de Picasso, por ejemplo.
Esta definición tiene mucha fuerza hoy en día. Muchos artistas buscan conectar y generar reflexiones en sus espectadores. Aquí, el arte tiene necesariamente una función social y expresa determinados sentimientos.
A partir de esto, se han creado conceptos basados totalmente en la subjetividad, lo que hace cada vez más difícil encontrar puntos objetivos comunes que puedan aplicarse a cualquier tipo de arte, tanto para definirlo como para valorar o interpretar su significado.
Mapas mentales del arte en Word y PowerPoint