La inteligencia emocional es la capacidad de una persona para gestionar sus emociones según lo requieran las situaciones. Antes de pasar a los mapas mentales de la inteligencia emocional, repasemos sus características.
Características de la inteligencia emocional
Las personas con inteligencia emocional no reaccionan de forma exagerada ni se dejan llevar por el pánico, especialmente cuando tienen que enfrentarse a las crisis. Tampoco dejan que sus emociones dicten sus decisiones. Cuando alguien se permite vivir basándose sólo en lo que siente, no tiene una vida muy fructífera.
Las emociones son elementos intrínsecos del ser humano, pero pueden estorbar cuando no se sabe cómo manejarlas. Además, es la competencia que lleva a comprender las emociones de los demás.
Una persona con buena inteligencia emocional tiene relaciones sanas y un alto grado de empatía. De esta manera, no se mete en peleas sociales infundadas. Estos son sólo algunos de los fundamentos de este tipo de inteligencia. Al comenzar a explicar la importancia de la inteligencia emocional, debemos establecer un hecho. Los seres humanos pueden sentir muchas emociones, voluntaria e involuntariamente.
En un entorno social, todos los demás seres humanos tienen sus emociones, que afectan a los demás. Así, es posible establecer la importancia de este tipo de inteligencia. Comprender las emociones y aprender a controlarlas, cuando sea necesario, es importante para poder afrontar situaciones adversas e incómodas en la vida cotidiana.
El dominio de las emociones es necesario, especialmente entre quienes deben enseñar, como los padres de un niño, por ejemplo. Es necesario que entiendan cómo manejar sus propias emociones, para que puedan enseñar a sus hijos, desde una edad temprana, lo importante que es desarrollar esta habilidad. Conviene recordar que no se trata de un proceso sencillo. Adquirir inteligencia emocional no es posible de la noche a la mañana.
