Sexualidad es la palabra que expresa la forma de entender nuestro cuerpo, nuestras relaciones y nuestra afectividad. Esta comprensión va más allá de la mera atracción sexual, abarcando todos los aspectos de nuestra personalidad: valores, creencias, deseos, relaciones, pensamientos y sentimientos.
Al ser un ámbito compuesto por tantos elementos diferentes, la comprensión de la sexualidad humana varía de una persona a otra y, en el aspecto social, está siempre en transformación.
Hasta mediados de la década del 2.000, por ejemplo, las posibles expresiones de la sexualidad se limitaban principalmente a las orientaciones heterosexual, homosexual y bisexual.
En 1948, el biólogo y sexólogo estadounidense Alfred Kinsey desarrolló una escala de orientación sexual para medir y evaluar el comportamiento sexual de los individuos a lo largo del tiempo. La escala de Kinsey contempla comportamientos sexuales que pueden fluctuar entre 0 (exclusivamente heterosexual) y 6 (exclusivamente homosexual) a lo largo de la vida.
Con el avance de los estudios de género y sexualidad, la ruptura de tabúes y el fomento de los debates sobre el tema, se ha descubierto una amplia gama de orientaciones sexuales con las que las personas pueden identificarse.
La sexualidad forma parte de la personalidad de cada persona. En este campo, no hay nada bueno o malo. Es diversa, fluida y hay muchos tipos diferentes. Puede que lleve algún tiempo descubrir la (o las) que más convengan. Pero aceptar tu sexualidad, practicarla libremente y de forma saludable, puede ser una experiencia liberadora. Antes de pasar a los mapas mentales de la sexualidad, repasemos algunos puntos interesantes:
Características de la sexualidad
La sexualidad influye en los pensamientos, los sentimientos, las acciones y las interacciones y, por tanto, también influye en nuestra salud mental. El apoyo y la seguridad emocional son fundamentales para reducir el riesgo de estrés, ansiedad y depresión.
Muchas personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales viven una vida feliz y plena, con una aceptación cada vez mayor. Sin embargo, no todas las experiencias son iguales. Algunas personas pueden ver mermado su bienestar mental a causa de la estigmatización, la discriminación, la violencia y la exclusión.
Las personas LGBTQIA+ tienen un mayor riesgo de depresión, ansiedad, abuso de sustancias, falta de vivienda, autolesiones y pensamientos suicidas en comparación con la población general. La homofobia afecta especialmente a los jóvenes LGBTQIA+ que están en proceso de autoaceptación y sufren acoso y agresiones en la escuela.
Por ello, es fundamental que la sociedad presione a las autoridades para que haya políticas públicas de protección, inclusión y apoyo a las personas LGBTQIA+, así como para que haya una educación sexual de calidad en las escuelas.
La homofobia o la discriminación basada en la orientación sexual pueden dificultar el disfrute pleno de la vida. Si ve que afecta a su sueño, a su apetito, a su concentración o a sus relaciones, puede que sea el momento de buscar ayuda. Lo ideal es que hable con alguien de confianza y busque asesoramiento psicológico y/o psiquiátrico.
A continuación, una breve presentación sobre la sexualidad descargable en PowerPoint:
Mapas mentales de la sexualidad en Word y PowerPoint